In memoriam Mons. D. Ildefonso Cases Ballesta

El viernes 23 de marzo fallecía en Alicante, a los 78 años de edad, el Postulador Diocesano de la Causa de Canonización de Rebeca, el Ilustrísimo Monseñor Don Ildefonso Cases Ballesta, Prelado de Honor de su Santidad y Canónigo Penitenciario del Cabildo de la Concatedral de San Nicolás de Alicante. Su funeral, presidido por el Obispo Diocesano Mons. Rafael Palmero y concelebrado por un gran número de sacerdotes, se celebró al día siguiente en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de Redován, su tierra natal.

Nacido en Redován, el 24 de mayo de 1933 e hijo de Ildefonso y Gabriela, realizó todos sus estudios sacerdotales en el Seminario Diocesano de Orihuela. Su primer destino fue como Coadjutor de la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia de Alicante (1957-1961). Años en los que fue también profesor de Religión en el Colegio Javerianas (1959-1961) y secretario de la Santa Visita Pastoral (1959-1969).

Monforte del Cid, y la iglesia Nuestra Señora de las Nieves, fue su primer destino como párroco. En esta etapa, que abarcó de 1961 a 1966, fue también Consiliario Diocesano de la Juventud Agrícola Rural Católica (JARC). Seguidamente, fue llamado por el Obispo a la ciudad de Alicante, donde fue párroco de Nuestra Señora de los Ángeles de Alicante (1966-1972) y, después de Nuestra Señora de la Misericordia de Alicante.

Desde el año 1974 hasta 1985 fue Rector del Seminario Diocesano de Orihuela. En este período fue también Delegado Diocesano para las Vocaciones. En el año 1982 fue nombrado Canónigo de la Catedral de Orihuela, con la carga de prefecto de Ceremonias. Tras los once años de Seminario, fue enviado por el Sr. Obispo a estudiar a Roma. Allí obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en el Ateneo de la Santa Cruz de Roma (1985-1987) y la Diplomatura por el Studium de la Sagrada Congregación de los Santos de Roma.

A su regreso de Roma fue nombrado párroco de la Concatedral de San Nicolás de Alicante, cargo que ejerció hasta el año 2001. Junto con el encargo de párroco, fue nombrado también Canónigo Penitenciario de la Concatedral. En el año 1990 fue nombrado Juez del Tribunal Diocesano y en 1995 Director Espiritual de la Adoración Nocturna Española-Sección Alicante. Desde el año 1994 se hizo cargo también de la parroquia de la Santa Cruz-San Roque de Alicante. Un acontecimiento singular de su etapa como párroco de la Concatedral, fue la coronación pontificia de la Virgen del Remedio, el 22 de noviembre de 1998. Será recordado siempre por los alicantinos por ser el sacerdote que la promovió consiguiendo reunir en el estadio José Rico Pérez a 40.000 fieles.

En 2001, cesó como párroco de San Nicolás para dedicarse más plenamente a las causas de los santos, siendo nombrado presidente de la Comisión Diocesana para las Causas de los Santos, cargo que ha ejercido hasta su fallecimiento. Desde la Comisión promovió numerosas causas diocesanas, que se encuentran actualmente presentadas ante la Santa Sede. Durante estos años ejerció también como Director Espiritual del Colegio Ángel de la Guarda, de la institución diocesana “Ignis Ardens”.

En 2005 fue nombrado Secretario particular del Obispo Emérito de Orihuela-Alicante,Monseñor Pablo Barrachina y Estevan, a quien acompañó hasta su fallecimiento el 13 de octubre de 2008. En reconocimiento de todos sus méritos y su generoso servicio a la Diócesis, recibió el título de Prelado de Honor de Su Santidad, solicitado por el actual Obispo de la Diócesis, Monseñor Rafael Palmero.

La última causa en la que Don Ildefonso estaba trabajando pocos días antes de su muerte, terminada ya toda la documentación pertinente para ser presentada a Roma y con fecha ya para la ceremonia de su clausura, era la de nuestra Sierva de Dios Rebeca Rocamora Nadal, “la benjamina“, como solía llamarla él mismo cariñosamente por ser la más joven de las causas que había promovido en la diócesis.

Gracias Don Ildefonso, por su alegría en fomentar siempre la santidad, por su trabajo incansable y lleno de ilusión, por sus grandes cualidades como persona y sus mayores virtudes como sacerdote. Siga ayudándonos ahora desde el Cielo para que todos esos Siervos de Dios con los que usted ya se ha encontrado, pronto puedan ser contados entre el número de los santos y nosotros seguir su ejemplo.


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