18-febrero-2009 Jesús Baeza desde Madrid
Encomendaré a Dios el buen fin de la causa de Rebeca para que, si es Su Voluntad, algún día la veamos en los altares, así tendremos un nuevo ejemplo de juventud y de vida entregadas a Dios, a los niños y jóvenes, enfermos, con una sonrisa a pesar de las enfermedades y dificultades, y eso se llama el encuentro con la Cruz.
Nuestro modelo único es Jesucristo, y junto a nosotros en el camino de la vida, Dios nos pone muchos ejemplos, que son los santos, que son los mejores amigos de Jesús. Como todas las causas de canonización son lentas, largas y laboriosas, hay que mantenerse en la esperanza, buscando siempre sólo la gloria de Jesucristo y el servicio a nuestros hermanos en la Iglesia. Como Jesús, que pasó haciendo el bien.
Yo le pido a Rebeca la gracia de entregarme sin condiciones y sin límites a Jesucristo en mi tarea de catequista y profesor de religión, sirviendo a Dios donde Él me quiera poner. Deseo que la vida de Rebeca cada día sea más conocida para que haga mucho bien a tantos jóvenes, niños y enfermos que lo necesitan. Me imagino que habrá muchas personas que la quieran conocer por medio de Internet.
Me uniré con todos vosotros el día 14 de marzo para que esta causa redunde en la gloria incondicional de Jesucristo y para el bien de toda la Iglesia, para instalar el Reino de Dios en todos los corazones. Ojalá que nosotros vayamos por el mundo siendo testigos de Jesús como Rebeca, con una sonrisa en los labios a pesar de las dificultades.
Os animo a que sigáis en el empeño para Gloria de Dios, así tendremos una intercesora más de nuestro tiempo en el cielo, para nuestra vida y para la conversión del mundo. Me despido con mucha alegría en el corazón y una sencilla oración. Ánimo que hay muchos santos laicos, con faldas o pantalones, que perseveran en el amor a Jesucristo. Rezad por mí, hasta siempre.
Jesús Baeza López (Madrid)