Ángeles C.T. de Orihuela (Alicante)
En el verano del año 1997 fui a unos Ejercicios Espirituales de jóvenes. Allí tuve la suerte de conocer a muchos jóvenes que buscaban en la oración un encuentro más cercano con el Señor.
En estos ejercicios conocí a las hermanas de Rebeca. Una noche conversando con Lourdes sobre temas espirituales, me habló de su hermana, de su enfermedad y de la gran fe con que la afrontó. Realmente me impresionó muchísimo y le pedí que me hablase más de ella, y así lo hizo.
Yo tenía entonces 23 años, y sintiéndome cercana en edad a ella, todavía el testimonio de su vida caló más en mí. Me regaló una estampa con su foto que la llevo siempre conmigo. A partir de esa noche mi pensamiento estuvo puesto en ella. Estos primeros ejercicios fueron el comienzo de una hermosa amistad con la familia Rocamora-Nadal.
Tras finalizar ese retiro espiritual, le conté a mi padre y a mi novio (actualmente mi esposo) la historia de esta joven. A ellos también les impresionó su gran fe y devoción por la Santa Cruz. Nuestras visitas a la casa de Rebeca han sido frecuentes y hemos conocido más detalles de su vida. Sé que hay personas que han pedido que intercediera por ellas y les ha concedido favores.
Han pasado casi diez años de aquellos Ejercicios Espirituales, y siempre nos encomendamos a ella. Cuando sabemos que algún familiar, amigo o conocido tiene algún problema, le damos a conocer el testimonio de Rebeca y le damos una estampa.
Me han comentado en diversas ocasiones, que Rebeca sentía especial predilección por los niños. Tenemos dos preciosas niñas, y desde que mi esposo y yo supimos la existencia de ambas, las hemos puesto bajo la protección de Rebeca.
Ángeles C.T. (Orihuela -Alicante-)