Mª Carmen M.N. de Callosa de Segura (Alicante)
Hablar de Rebeca resulta muy fácil para mi, así como escribir algo sobre ella, hay tantas cosas que contar que las palabras fluyen solas, los pensamientos se agolpan en mi mente y la pluma en mi mano escribe y escribe sin parar.
A Rebeca la conocí casi con pañales, era una niña rubia, muy guapa, alegre y simpática. Conforme fue madurando, haciéndose mayor, sus encantos físicos fueron aumentando su belleza, pero no tanto como su grandeza espiritual.
Fue una niña ejemplar, modélica, amiga de todo el mundo, buena hermana y mejor hija. Estar con ella era un primor, y una delicia, ya que siempre transmitía alegría, felicidad y amor, sobre todo mucho amor.
Cuando surgió su enfermedad lo aceptó con gran serenidad sin compadecerse de ella misma, luchando y trabajando con ese característico alborozo y capacidad de trabajo que la identificaba.
Nunca vi en ella una mirada triste, una queja, antes al contrario un afán de superarse, de luchar que era admirable; era un modelo a seguir por cuantos la conocieron y trataron.
En los últimos momentos de su vida, aun le quedaban fuerzas para bromear con los amigos, familiares y visitantes, dándoles ánimos a todos ellos. Su semblante reflejaba una paz interior que nos hacía pensar en ella como si de un ángel se tratase.
Después de su fallecimiento, ahora pasado algún tiempo, aún me parece verla con esa sonrisa, esos ojos tan claros y tan limpios como si me hablara, me escuchase y pudiera entenderme. Si bien ya no contamos con ella en este mundo, en mí y en cuantas personas la tratamos estará presente.
Fue un ser especial y seguirá siéndolo; ¡no te has ido!, ¡sigues presente!, y allí donde estás, por fin has encontrado tu camino, tu paz, tu verdadero mundo; velando por cuantos seres queridos has dejado atrás.
Gracias Rebeca por haberme ofrecido tu amistad, por estos años que hemos podido conocerte.
Te quiere y recuerda tu amiga, Mª Carmen.
Mª Carmen M.N. (Callosa de Segura -Alicante-)