Vigilia en Barinas y Misa de envío en Alicante

La Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario en Barinas (Murcia), con ocasión de los “Días en las Diócesis” como preparación a la Jornada Mundial de la Juventud que celebraremos en Madrid la semana próxima, ha acogido cerca de 100 jóvenes peregrinos, procedentes de Ecuador, con el Padre Rubén Eduardo Parra a la cabeza.

Desde el jueves 11 hasta el lunes 15 de agosto, han disfrutado de la calurosa acogida de los vecinos de este pequeño municipio y del párroco de Barinas, D. Manuel Guillén Moreno, que se ha desvelado tanto material como espiritualmente.

Para concluir este encuentro y antes de marchar a Madrid para recibir al Santo Padre Benedicto XVI, anoche tuvo lugar una emotiva vigilia de oración ante el Santísimo, a cargo del grupo musical Sal y Luz.

Con una recopilación de sus canciones más conocidas, fueron introduciendo a los asistentes en un verdadero clima de oración, interrumpido en ocasiones por espontáneos y alegres aplausos de los jóvenes.

La causa de canonización de Rebeca estuvo invitada a la celebración para presentar el testimonio de fe de nuestra joven Sierva de Dios, quedando muy agradecidos por esta hermosa oportunidad de ofrecer a la juventud el ejemplo de otra joven que dijo “sí” al Señor. Fueron unos breves retazos de la vida de Rebeca enfocados a la JMJ, antes de que se cantara la canción que Sal y Luz le ha dedicado. Más tarde, se repartieron unos folletos y estampas sobre ella.

Por otra parte, esta mañana ha tenido lugar en la S. I. Concatedral de San Nicolás de Alicante, la misa de envío de peregrinos a la JMJ, presidida por el Obispo Diocesano Mons. Rafael Palmero Ramos y acompañado por un gran número de sacerdotes, tanto de la diócesis como de los que encabezaban aquellos grupos llegados del extranjero.

Porque la diócesis de Orihuela-Alicante, también se ha sumado a los “Días en las Diócesis” acogiendo a más de 1.000 jóvenes peregrinos, procedentes de Brasil, USA, Ecuador, Polonia, Lituania, Francia… La concatedral estaba totalmente llena de gente. En el ambiente y la celebración se respiraba la alegría de compartir una misma fe y la universalidad de nuestra Iglesia, como aperitivo a lo que viviremos en Madrid dentro de unos días.

También en esta ocasión, el testimonio de Rebeca ha estado junto a los jóvenes traspasando fronteras, pues a la salida de la ceremonia, los voluntarios se han encargado personalmente de repartir los dípticos que con ocasión de la JMJ se han editado sobre Rebeca.

Sin duda, dos grandes ocasiones para difundir su fama de santidad, y sobre todo, para mostrar a los jóvenes que se puede ser santo hoy y que la coherencia con el Evangelio no se opone a la verdadera felicidad.

¡Ahora… todos con Rebeca a Madrid!