La Cruz de los Jóvenes llega a nuestra diócesis

Cruz de los Jóvenes

Ya ha comenzado la cuenta atrás para el Encuentro Mundial de la Juventud en Madrid, y en nuestra diócesis de Orihuela-Alicante nos preparamos para vivir unos días de intensa oración y comunión…

Nos visita la Cruz de los Jóvenes acompañada por el icono de María, que bendecirá nuestras calles, parroquias, colegios, comunidades… Su historia comenzó hace poco más de 25 años y tiene un simbolismo que merece la pena recordar:

Al comienzo del Año Santo de la Redención (1983-1984) el Santo Padre Juan Pablo II se dio cuenta de que en la Basílica de San Pedro del Vaticano faltaba una cruz alta que atrajera la mirada de los que allí oraban. Hizo entonces colocar en el Altar de la Confesión, una gran cruz de madera de varios metros de largo.

El día de la clausura de ese Año Santo, el Domingo de Pascua de 1984, el Papa entregó esta cruz a los jóvenes del Centro Juvenil San Lorenzo de Roma, y como si hablara en privado, les dijo: “Al acabar el Año Santo os confío el signo de este año jubilar: la Cruz de Cristo. Llevadla al mundo como signo del amor de Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo, el Señor muerto y resucitado, hay salvación y redención”.

Los jóvenes acogieron el deseo del Santo Padre al pie de la letra y desde entonces, la han hecho recorrer el mundo entero con relevos a modo de antorcha olímpica, pasando de llamarse “Cruz del Año Santo” a “Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud”.

Casi veinte años más tarde, en 2003, al final de la Misa de Domingo de Ramos, el mismo Juan Pablo II quiso regalar a los jóvenes una copia del Icono de María Salus Populi Romani diciéndoles: “A la delegación que ha venido de Alemania le entrego hoy también el Icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este Icono acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en su vida”.

Y así, ante esta cruz y este icono de las JMJ, han rezado miles de jóvenes de todos los continentes y, gracias a tales oraciones, algunos han redescubierto la Cruz de Cristo como un signo eficaz de salvación junto a la intercesión materna de la Santísima Virgen.

¿Tiene sentido para los jóvenes de hoy el valor de la Cruz?

En nuestra cultura actual, la Cruz sigue resultando para muchos necedad y escándalo. Sin embargo, en ella radica el valor redentor de cualquier sufrimiento humano, completando lo que falta a la Pasión de Cristo. Cualquier dolor, unido a Jesús, pierde su desesperanza y tristeza. En el descubrimiento de la sabiduría de la Cruz reconocemos al Crucificado y también al Resucitado, que llena nuestras vidas de inmensa alegría porque es la prueba del amor de Dios a los hombres.

Madrid_2011

Esta experiencia cambia totalmente nuestra existencia, como lo hizo en Rebeca, que desde muy pronto tuvo que vivir a la sombra de la cruz, encontrando en ella un trampolín para unirse cada vez más a Dios y a los que la rodeaban, con una entrega generosa en las cosas más cotidianas de la vida. “La fe en la Santa Cruz es mi fuerza”, decía. Rebeca se sentía amada y acogió esta llamada a seguir a Cristo llevando su propia cruz con una sonrisa a pesar de las dificultades, porque junto a Dios todo se puede superar.

En este camino no estamos solos… junto a nosotros, está María nuestra Madre, que nos enseña a descubrir la presencia de Jesús en nuestras vidas para “hacer lo que Él nos diga” (Jn. 2,5), encontrando la verdadera libertad en el cumplimiento de la voluntad de Dios.

No nos perdamos en la mediocridad y dejemos que Dios obre en nosotros algo grande… ¡Acojamos con entusiasmo esta antorcha de la fe que es la Cruz, no tengamos miedo! Merece la pena… Ahora nos toca recibir su relevo y pasarnos el testigo de unos a otros, siendo los jóvenes, apóstoles de otros tantos jóvenes “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”

Contamos con el ejemplo de Rebeca. Su cercano testimonio nos muestra un camino a recorrer, “abriendo el corazón al heroísmo de la santidad”, en palabras del Santo Padre Benedicto XVI. Pidámosle a ella que haga de catequista con nosotros y ayude a la juventud de nuestra diócesis a amar cada día más al Señor.


Si quieres conocer el itinerario de la Cruz de las JMJ en la diócesis de Orihuela-Alicante, haz clic aquí.


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